CEREMONIAS
YAGE – AYAHUASCA
La Ayahuasca te lleva de viaje al inconsciente.
Por su composición química, la ayahuasca es considerada una sustancia enteógena y no alucinógena, lo que significa que el estado de conciencia alterado que produce nos conecta con nuestra parte más espiritual. Etimológicamente, “enteógeno” significa “ser inspirado por los dioses”. Es por eso que habitualmente se toma para llegar a conectar con partes dormidas o bloqueadas en nuestro inconsciente o para conectar con lo sagrado del mundo.
La experiencia con la ayahuasca es integral y con toda probabilidad te provocará emociones muy diversas y contradictorias en una misma toma. La ayahuasca nos remueve por dentro y saca a la superficie cosas que nos gustan de nosotros mismos, y también problemas o traumas que tenemos bloqueados. Es importante no pensar en términos de “bien” y “mal”, sino que hace parte de un proceso sanación.
KAMBÓ
Se
despiertan los órganos del cuerpo, el sistema endocrino, y los sistemas de
defensa volviendo a su equilibrio natural.
La rana kambó nos ofrece su sistema de defensa
a través del veneno, el cual, después de un proceso de deshidratación se aplica
subcutáneamente quemando la epidermis con pequeños puntos, cuyo número varía en
función del estado de salud de la persona: desde la prevención hasta la
sanación de todo tipo de enfermedades.
El efecto del kambó empieza a notarse a los
pocos minutos de su aplicación, en cuanto el veneno penetra en el caudal
sanguíneo. Se percibe en forma de palpitaciones y un calor intenso. La persona,
que ha de estar en ayunas y ha bebido varios litros de agua antes de la
aplicación, vomitará la bilis y poco tiempo después, vuelve a recuperar la
normalidad. El kambó carece de psicoactividad, su efecto es intensamente
físico.
Es una estructura semiesférica construida con
elementos completamente naturales, representa el útero de la tierra y en el
centro de esta se encuentra una cavidad que son los óvulos y allí se depositan
piedras calientes que representa el semen del sol. Al verter agua sobre las
piedras calientes se da la fecundación dando origen a sus hijos que son todas
las personas que se encuentran dentro del Temazcal. En ese vientre de la madre
tierra recibimos el aliento del padre creador, por eso se conoce como la
medicina del primer aliento.
En el Temazcal se ora desde el corazón,
uniendo la energía física, mental, emocional y espiritual en armonía para pedir
sanación o un propósito que guie nuestra vida. La medicina del Temazcal
nos recuerda que la vida es circular y que se divide en fases y que si estas
están equilibradas tendremos una vida plena y feliz. Estas fases son una misma
energía primigenia que toman formas diferentes pero sin perder la esencia de
esta. El agua vertida sobre las piedras calientes provoca
una ionización en el ambiente del Temazcal que facilita la
vaporización, purificación, de tensiones físicas, mentales, emocionales,
energéticas. Es una actividad idónea para disolver el estrés y miedos,
entregándose a la madre Tierra.
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